FINALMENTE CONSEGUIMOS QUE LA JUSTICIA INTIMASE AL GOBIERNO DE LA CIUDAD A DEMOLER UN GIGANTESCO PREDIO ABANDONADO, CONOCIDO COMO "BOLICHE JUNIOR”.
SE ACABARON LOS RIESGOS. LA PLAZA EL SALVADOR VOLVIÓ A OCUPAR PLENAMENTE TODO SU ESPACIO.
Restaría establecer la responsabilidad de los funcionarios de turno, por los graves casos de violación que ocurrieron en este predio. El eificio abandonado debería haber sido demolido hace muchos años. De manera negligente se lo mantuvo en estado de abandono, abierto hacia la vía pública, accesible para cualquiera que quisiese entrar para esconderse.
SE ACABARON LOS RIESGOS. LA PLAZA EL SALVADOR VOLVIÓ A OCUPAR PLENAMENTE TODO SU ESPACIO.
Restaría establecer la responsabilidad de los funcionarios de turno, por los graves casos de violación que ocurrieron en este predio. El eificio abandonado debería haber sido demolido hace muchos años. De manera negligente se lo mantuvo en estado de abandono, abierto hacia la vía pública, accesible para cualquiera que quisiese entrar para esconderse.
Durante años el Gobierno de la Ciudad se negó a demoler este edificio, que fue construído ilegalmente en una plaza pública, en la década de los 90.
A pesar de que existía un Decreto de demolición las autoridades del Gobierno de la Ciudad se negaban a demolerlo, poniendo en riesgo a toda la población vecina.
Ante esta situación la Asociación Vecinal de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Nuevo Belgrano recurrió a la Justicia para obligar al Gobierno a que lo demoliera, contando para ello con el apoyo de la Asociación Civil Vecinos de Belgrano y de la Asociación Civil Vecinos del Bajo Belgrano.
Así era el edificio abandonado. Estaba ubicado en Avenida Figueroa Alcorta al 7200, esquina con Basavilbaso. Tenía los vidrios rotos y ofrecía libre entrada y salida por todos lados, a través de ventanas sin vidrios y vanos de puertas inexistentes.
Durante años el lugar funcionó como un peligroso "aguantadero", un lugar de tráfico y escondite de marginales, en el que se denunciaron varias violaciones.
Era frecuente ver personas circulando por los techos y por el interior del predio, donde permanecían lejos de la mirada de los curiosos o de las fuerzas de seguridad, tal como puede observarse en las siguientes fotografías:
A pesar de que existía un Decreto de demolición las autoridades del Gobierno de la Ciudad se negaban a demolerlo, poniendo en riesgo a toda la población vecina.
Ante esta situación la Asociación Vecinal de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Nuevo Belgrano recurrió a la Justicia para obligar al Gobierno a que lo demoliera, contando para ello con el apoyo de la Asociación Civil Vecinos de Belgrano y de la Asociación Civil Vecinos del Bajo Belgrano.
Así era el edificio abandonado. Estaba ubicado en Avenida Figueroa Alcorta al 7200, esquina con Basavilbaso. Tenía los vidrios rotos y ofrecía libre entrada y salida por todos lados, a través de ventanas sin vidrios y vanos de puertas inexistentes.
Durante años el lugar funcionó como un peligroso "aguantadero", un lugar de tráfico y escondite de marginales, en el que se denunciaron varias violaciones.
Era frecuente ver personas circulando por los techos y por el interior del predio, donde permanecían lejos de la mirada de los curiosos o de las fuerzas de seguridad, tal como puede observarse en las siguientes fotografías:

